La policía ecuatoriana detuvo el viernes por la noche a un político que se había refugiado en la embajada de México en Quito, tras lo que México calificó como una entrada forzada que violaba la soberanía del país. El incidente llevó a México a suspender sus relaciones diplomáticas con Ecuador y exacerbó las ya de por sí elevadas tensiones entre ambos países.
El político, Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, había sido condenado a prisión por corrupción, informó la presidencia de Ecuador en un comunicado, en el que se añadía que existía una orden de detención contra él. Glas, quien había estado viviendo en la embajada en la capital de Ecuador desde diciembre, recibió asilo político de México el viernes más temprano.
La oficina del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, añadió que la detención se había llevado a cabo porque México había abusado de las inmunidades y privilegios concedidos a la misión diplomática, y que el asilo de Glas era “contrario al marco jurídico convencional”.
Aunque fue difícil confirmar de inmediato cómo se produjo exactamente la detención, las imágenes compartidas por los medios de comunicación ecuatorianos mostraban lo que parecían ser las secuelas: agentes de policía reteniendo a los curiosos mientras dos coches negros, con las sirenas a todo volumen, salían de la embajada. Los periodistas locales identificaron a un hombre como Roberto Canseco, el funcionario mexicano encargado de la embajada, al que se puede oír gritando “¡No!” antes de que se vea a los agentes empujarlo al suelo.
Canseco dijo a los periodistas que estaba a punto de salir de la embajada cuando, de repente, se enfrentó “con policías, con ladrones, que entraron en la noche en la embajada”. Dijo que intentó físicamente impedirles la entrada. “Me han golpeado, me he golpeado contra el suelo”, dijo. “Como delincuentes allanaron la embajada de México en Ecuador”.